Esta trufa de gran valor culinario destaca por su intenso aroma con toques picantes y la exquisitez de su sabor ligeramente amargo. Otorga un característico sabor a los platos de pasta, arroces, carnes o huevos estrellados.
Esta delicia gastronómica, que durante siglos fascinó a reyes, filósofos, cocineros y sibaritas, hoy puede estar en su mesa.